Se trata de una metodología que ha sido reconocida a nivel internacional y desarrollada para medir el comportamiento ambiental de diversos productos, entre ellos las construcciones con madera. Se trata del Análisis del Ciclo de Vida (ACV), una de las metodologías de contabilidad ambiental más utilizadas en el mundo, que además permite realizar comparaciones con otros materiales con el fin de determinar cuál alcanza un grado óptimo.

La metodología ACV plantea una serie de fases que permiten estimar y evaluar el impacto que un producto o servicio genera en el medioambiente en todas sus etapas de vida. Particularmente, para las construcciones, es posible identificar extracción y fabricación de materiales y componentes; transporte de materiales y componentes al sitio de construcción; el proceso de construcción propiamente tal; la fase de operación; y la demolición y reciclaje al fin del ciclo de vida del edificio.

Para llevar a cabo esta metodología se debe identificar y describir cada una de las etapas y así se pueden cuantificar los impactos. Esto permite sentar las bases para tomar mejores decisiones a la hora de desarrollar un proyecto de construcción y así fomentar la sustentabilidad en la industria.

Particularmente la madera, proviene de una fuente renovable y durante todo su ciclo de vida, en comparación a otros materiales, tiene un mejor desempeño. Por ejemplo, tiene una mejor captación de gases de efecto invernadero como el Co2. Así, es el único material que tiene una huella de carbono positiva al final de su ciclo de vida, lo que significa que, si se reemplaza 1 m3 de otro material de construcción por madera, se podrá capturar una tonelada de Co2.

Gracias a esta metodología se podrá evaluar la sustentabilidad de un proyecto, donde exista un equilibrio entre la producción de los materiales, la energía utilizada en la construcción y la reutilización de los elementos al final del ciclo de vida de un edificio, por ejemplo.

FUENTE: http://www.madera21.cl/?p=12873