La tradición empezó hace 138 años en San Antonio de Ibarra, Imbabura en los talleres de escultores y talladores que hoy tienen el riesgo de desaparecer. Varios profesionales de la escultura y tallado realizan comentarios sobre este acontecimiento que están pasando.

Alfonso Cisneros, escultor de 78 años dirigió la Asociación de Artesanos en el 2001 y comenta que hace 15 años existían 3000 artesanos calificado y hoy en día no hay más de 1500, esta información se da a conocer a partir de un análisis del Instituto Liceo Aduanero de Ibarra en el año 2015.

El escultor asegura que durante 20 años elaboró 100 cristos en tamaño natural, muchos de ellos fueron pedidos por Juan Pablo II, mediante Giuseppe Cottone, director de los Misioneros Latinoamericano del Vaticano.

Se pueden fijar que en las calles de esta ciudad se han ido cambiando los talleres estilizados de tallados y escultura por sitios donde fabrican muebles tapizados. Marco López, tallador de 60 años nos indica que este problema llegó hace 16 años con la crisis de la dolarización, alejando a los clientes potenciales que eran los colombianos ya que el peso costaba más que el sucre. Además se dio la prohibición de las autoridades nacionales para utilizar las maderas de cedro y nogal eran las más manejadas ya que con el tiempo no se cuartean ni deforman.

Señala López que: “Los trabajos finos se volvieron caros y ahora la gente se fija más en el bolsillo que en la calidad”, por lo que ahora una consola de dos piezas de estilo barroco tallada en cedro dura seis meses de trabajo en elaborar y tiene un valor de $6000. “Es por ello que solo los que amamos el arte y tenemos clientes fieles seguiremos manteniendo la tradición. Los otros han dejado de trabajar la madera, para dedicarse a otros oficios, como: la agricultura, la construcción, la burocracia”.

Entre ellos está Marco Díaz quien dejó de elaborar muebles tallados por lineales, debido que un juego de sala labrado cuesta $3000 y se demora medio año en elaborarse mientras que un lineal cuesta $1000, se lo realiza en una semana y es más comercial. Por otro lado Jorge Yépez de 80 años cambió el tallado de madera por el taxismo ya que esta labor le asegura los ingresos diarios.

El gusto por moldear la madera comenzó con Daniel Reyes, cuando apenas era un niño quedó encantado con el trabajo de los restauradores que daban vida a las figuras religiosas de las iglesias de Ibarra, estas fueron destruidas en 1868 por un terremoto. Después de esto se juntó con los hermanos Mariano y Fidel, perfeccionando su arte en la Escuela Quiteña. En 1878 procedieron a  crear el Liceo de Artes y Oficios que incluía cursos de pintura, escultura y carpintería. El arte comenzó con tallados de esculturas religiosas y se fue extendiendo ya que en los inicios era un sacrilegio usar la madera en temas que se consideraban profanos.

En la actualidad en esta ciudad se cultiva tallado de altares, marcos, muebles y escultura costumbrista, moderna y religiosa.

FUENTE: http://www.elcomercio.com/tendencias/arte-sanantoniodeibarra-madera-oficio-imbabura.html